En buena parte de los eventos españoles relacionados con videojuegos hay un estand montado con pocos lujos pero muy valioso, el de Videojuegos por Alimentos, una asociación que recoge los alimentos que llevan los asistentes a una feria o congreso y luego los dona a Banco de Alimentos, Caritas, una asociación vecinal o a otra ONG que distribuya comida entre los más desfavorecidos de cada ciudad. Al frente está Pablo Avilés, que fue el que puso en marcha la iniciativa en 2013.
La historia se remonta a unos años antes; más concretamente en 1999, cuando Avilés, que por entonces vivía en Alicante, crea Asupiva (Asociación sin ánimo de lucro de Usuarios de PC, Internet, Videojuegos y Arcade), "queríamos hacer una especie de feria del videojuego y la forma más fácil de que te hicieran caso, en vez de presentarte como Pablo Avilés y pedir que te dejen consolas, hacer una asociación con un fin social", nos cuenta Avilés por Skype. Asupiva empezó donando consolas y videojuegos a los hospitales, pero después comenzó a llevarlas a casas de acogida y orfanatos, para que los pudiesen disfrutar niños que no estaban en un entorno familiar. "Era importante porque esas videoconsolas se quedaban en la casa, aunque hubiera movimiento de niños, siempre jugaban con las consolas", explica Avilés.
Charlas sobre un buen uso de los videojuegos
Otra de las líneas en las que trabajaba Asupiva era, expone el entrevistado, "luchando por el buen uso de las nuevas tecnologías. Estamos hablando de hace bastante tiempo, que los móviles no estaban todavía desarrollados y estaba la Play 1, con lo cual el online no estaba tan expandido como ahora y había empezado a haber niños y adolescentes que tenían problemas con los videojuegos. Estuvimos haciendo una campaña bastante extensa en el Ayuntamiento de Alicante y diciendo a los chavales que las consolas no son malas, evidentemente, pero un mal uso de ellas puede llevarte a tener problemas. No ya solo con las consolas, con el móvil, con el ordenador… todo tiene que estar en su justa medida".
Desde 2013 estos objetivos pasaron a un segundo plano, aunque Avilés sostiene que tiene planeado relanzar Asupiva, combinada con Videojuegos por Alimentos "para llegar a más niños y padres también, porque al final no deja de ser educar al padre tecnológicamente para que el niño sea bueno tecnológicamente también. Muchas veces íbamos a asociaciones del Ampa y les decíamos que era muy fácil ver el Fútbol o Sálvame Deluxe o lo que quieras, viene el niño porque está aburrido y le dices que se vaya a su cuarto a jugar y esa no es la solución. Tienes que jugar con él, le tienes que educar tecnológicamente, y eso muchas veces los padres no lo entienden porque creen que te estás metiendo en su vida y no es así, les estás dando un consejo que a la larga es bueno para su hijo, pero hay gente que no lo entiende así", dice Avilés.
En 2013 España atravesaba una profunda crisis económica que afectó a la mayoría de la población, y mucha gente tuvo que recurrir a la ayuda social y los bancos de alimentos. Avilés buscó la manera de ayudar a aquellos que lo estaban pasando mal mediante los videojuegos y "me acordé del típico trueque cuando era pequeño con los cromos. De ahí nació realmente. Creo que también la sociedad está muy harta de que estén pidiendo todo el día dinero o donaciones, y esto es ‘me das, pero yo también te doy algo’. Desde el primer momento tuve claro que iba a ser un intercambio, no quería que hubiera dinero por medio. Tristemente, el dinero corrompe todo. He visto muchas asociaciones y grupos en los que ha habido problemas, pero en Videojuegos por Alimentos, cono no hay dinero por medio, se acabó el problema", sostiene el entrevistado.
Cada videojuego tiene un número de kilos asignado
Lo primero fue marcar las normas para el trueque. Se estableció que se asignaría a cada videojuego un número de kilos: 1, 3, 5 y más de cinco, en función del propio juego. "Al principio pecamos un poco de ingenuos y pusimos juegos muy buenos a muy pocos alimentos y había algún espabilado que nos los cambiaban y luego los vendía", reconoce Avilés. El siguiente paso fue contactar con las empresas distribuidoras de videojuegos "y la aceptación fue brutal", describe el entrevistado, que destaca esa disposición de las compañías en todo momento desde que empezó la iniciativa "menos de una", reconoce, sin citar el nombre. Hasta la cadena de tiendas Game contribuye con distinto material. A veces las donaciones de las distribuidoras es de videojuegos que se van a destruir, y terminan ayudando a las personas. Otras donaciones proceden de particulares que normalmente llevaban los juegos o consolas a los eventos en los que tenía presencia Videojuegos por alimentos. Avilés indica que cuando ven que entre los objetos donados hay algún videojuego valioso lo avisan, pero de momento todo el mundo, aun sabiendo que podría sacar algún dinero por un título o consola concretos, prefiere donarlo, "la verdad es que la gente es muy solidaria", comenta el entrevistado.
Cualquiera que se haya fijado en los estands de Videojuegos por Alimentos ha podido comprobar que entre la oferta hay juegos actuales, otros de hace un par de años y otros ya clásicos "tenemos todos los sistemas desde retro con un Spectrum con cinta o cartuchos de Atari 2600 a Play 4, Xbox One… de todo", afirma Avilés. "Y luego a lo mejor te llama PlayStation para que vayas y hay 4 palés", añade.
Retroalicante fue el primer evento, con un resultado excelente
A finales de aquel 2013 se montó el primer estand de Videojuegos por Alimentos en RetroAlicante para ver si tenía aceptación la propuesta. Y la tuvo, se consiguieron unos 300 kilos de alimentos, una cantidad más que aceptable teniendo en cuenta que nadie conocía la iniciativa y era un evento pequeño. "A todo el mundo le tenías que empezar a explicar cómo era, tenían que salir del recinto para ir a comprar alimentos y volver… 300 kilos está muy bien". La sorpresa se la llevaron en el banco local de alimentos cuando llegó Avilés con una donación de ese tamaño procedente de un intercambio con videojuegos. Pero Videojuegos por alimentos creció tanto rápido que Avilés decidió que fuera un proyecto independiente de Asupiva, ya que era más fácil explicar a la gente esta iniciativa sin especificar que formaba parte de un concepto más amplio.
Una de las normas de Videojuegos por Alimentos es que la comida que se consigue se dona en la ciudad en la que se ha celebrado el evento en el que se haya recogido. Si Avilés se entera de alguna asociación vecinal que reparte alimentos entre los vecinos que lo necesitan "hablamos con ellos, vemos cómo distribuyen los alimentos y, cuando todo está verificado que está bien y no hay ningún problema, lo llevamos a esa asociación o parroquia…".
En todos estos años asistiendo a eventos han sucedido múltiples anécdotas en los eventos. Avilés recuerda sobre todo una mujer que, en un centro comercial, se interesó por lo que hacían. Al rato volvió con una PS3 y varios juegos. "Como no llevaba cables, me olía algo y la guardé", rememora Avilés. Unos minutos después llegó un chaval preguntando si había ido una mujer con la consola y juegos. Era su madre, que le había sugerido que donase algún juego y él se había comprometido, pero se olvidó y se fue con los amigos, de modo que la madre decidió hacer una contribución por su cuenta. "De repente, aparece la madre y se montó una buena entre ellos", dice el entrevistado. La madre le decía al chico que había que ser más solidario. Al final, Avilés le propuso que se llevara todo el material donado, "no quería un conflicto familiar delante de todo el mundo", apunta, pero el joven decidió quedarse con la consola y algunos de los juegos a los que más jugaba y donó el resto de videojuegos.
El primero de Retrobarcelona esperaba para VxA
Además de los proyectos sociales, Avilés es una figura conocida en el mundillo retro español; fue, por ejemplo, el impulsor de Retro Barcelona. Precisamente en la tercera edición de este evento, celebrada en el Museo Marítimo y la primera en la que el evento se montó de forma independiente, sin estar dentro de otro evento, se produjo otra anécdota cuando Avilés salió a ver la larga cola de gente que estaba esperando para entrar y descubrió que la primera persona que había en la cola "había venido en el cercanías, estaba desde las siete de la mañana allí y venía con bolsas de alimentos", recuerda Avilés. "Llevaba como siete bolsas y le dije que íbamos a salir para ayudarle a llevarlas y él diciendo que daba igual. A mí eso me emocionó mucho. Le di las gracias y me dijo: ‘no, gracias a vosotros, que yo las he pasado putas, he ido al Banco de Alimentos y por eso quiero ayudar. Ahí ya fue un abrazo y llorando de emoción", nos cuenta el entrevistado, quien añade: "Y luego hay gente que te lleva las bolsas y luego no quiere videojuegos, pero les regalas una camiseta o algo".
La pandemia ha afectado también al funcionamiento de Videojuegos por Alimentos justo cuando vuelve a haber mucha gente que recurre a los bancos de alimentos en todo el país, pero Avilés ha encontrado la manera de suplir los eventos físicos con streaming solidarios. Hace dos años, en Retro Santo Domingo, en Orihuela (Alincante) contactó con Videojuegos por Alimentos Sefirold, un streamer para llevar a cabo un evento online solidario y le propusieron comprar los alimentos o donar el dinero recaudado a Caritas, que fue la ONG elegida. Optó por la primera opción y tras 12 horas consiguió 1.200 kilos de comida.
Cuando llegó el confinamiento, Avilés pensó en la manera de hacer llegar comida a quienes estaban pasando por una situación complicada con la pandemia y decidió retomar la idea de los streamings solidarios. Al comentársela a Sefirold, este aceptó entusiasmado y y esa misma tarde realizó una emisión especial y consiguió 400 kilos de donación. Gracias a la difusión de esta nueva iniciativa en las redes sociales se han ido sumando otros streamers. Avilés informa que julio está completo,y en agosto hay ya programados tres streamings y en septiembre, otros tres. Este mismo sábado hay un stream solidario en el canal ashthedragon.
Streamings solidarios
Tal como lo ha preparado Avilés, el dueño del canal en el que se va a hacer el streaming decide a qué Banco de Alimentos lo quiere donar. Hasta el momento se han realizado entregas en bancos de alimentos de Murcia, Valladolid, Vigo y Madrid. Avilés se pone primero en contacto con el Banco de Alimentos elegido para avisar de que se va a realizar la donación, ya que, al no haber un lugar físico al que llevar la comida, se realiza una donación a quien está realizando el streaming y, aclara Avilés, "se está viendo en todo momento estás viendo cuánto dinero está consiguiendo ese streaming, o por el PayPal del Banco de Alimentos al que se va a donar. Nosotros seguimos sin tocar dinero, lo que hacemos es que donamos a ese canal material para que pueda hacer sorteos y la gente se anime y haga donaciones o se enganche a ese canal y luego le siga". Lo habitual, nos describe el entrevistado, es donar un paquete de juegos de diferentes plataformas al streamer y Twitch tiene un sistema en el que se incluye a la gente que ha realizado una donación y saca un nombre aleatoriamente, Videojuegos por Alimentos se pone en contacto con el ganador y le envía el pack. También se ha realizado algún concurso por Instagram o por Twitter, y cada streamer decide cómo quiere organizar el concurso.
"Por modesto que sea tu canal, siempre puedes poner tu granito de arena", afirma Avilés, quien apunta: "mientras dure esta crisis del Covid-19, que va para largo, y mientras Banco de Alimentos nos siga llamando pidiendo nuestra ayuda, nosotros seguiremos haciendo streaming u otro tipo de eventos que tenemos en mente hacer" mientras haya gente dispuesta a colaborar.
Algunos bancos de alimentos han pedido ayuda pero, dice Avilés, "no puedo hacer más. Si pudiéramos hacer eventos presenciales nos podríamos ira a centros comerciales o eventos de videojuegos, mover más, pero claro, ahora mismo hay mucho miedo, comprensible, a un posible brote y tiene que ser todo a través de internet. Por eso, aparte del streaming solidario, le estamos dando la vuelta a un proyecto que iba a ser presencial y lo vamos a hacer virtual. Ya lo contaremos más adelante, porque ahora no lo puedo decir, y lo que vamos a hacer también es, una vez al mes vamos a poner a través de la web o de redes sociales material para que la gente puje por él, pero en vez de hacer el ingreso a nosotros, se va a hacer a Banco de Alimentos, y cuando estos nos confirmen que ha llegado la transferencia de lo que sea, imagínate, 100 kilos, o 200 kilos, o 75, por un material que tengamos especial que nos hayan dado las compañías o un particular, ya enviamos el juego. Con eso vamos a intentar conseguir el mayor número de kilos posible".
Un cuarteto que se encarga de toda la asociación
La pandemia también ha complicado las donaciones de material procedente de particulares, por lo que Avilés está buscando alguna empresa de mensajería -o de otro tipo- que pueda hacerse cargo del envío de esas donaciones al almacén cedido que utiliza Alimentos por Videojuegos. "Al principio lo tenía en mi trastero, pero llegó un momento en que fue inviable, y nos ceden un trozo de nave", explica el entrevistado.
Avilés carga con el mayor peso de la gestión de Videojuegos por Alimentos, pero cuenta siempre con la colaboración desinteresada, sobre todo en los eventos físicos, de Juan Carlos Adonías Caballero, Alejandro Blanco y Santiago Valero; son el equipo que se bate el cobre para hablar con las compañías para donaciones y está en los eventos. "Ojo, luego hay mucha más gente que organiza un evento y se acuerda de nosotros, pero solo con el evento", puntualiza Avilés.
En otros casos, confiesa, no es tan sencillo ir a un evento, e incluso en alguna ocasión les han dicho que tenían que pagar para poder estar en un evento. "Si te tengo que dar dinero, no, es que prefiero darlo para comprar alimentos. Yo no soy comercial, no gano dinero con esto. Si tuviese dinero lo invertiría en alimentos". Otras veces les han ofrecido una rebaja, aunque estas situaciones se han producido en apenas un par de ocasiones en todos estos años de participación en numerosos eventos en todo el país, según informa Avilés, quien dice: "con los organizadores la verdad es que muy bien, no ponen problemas para montar el estand, y a lo mejor nos ponen la gasolina y una habitación de hostal o lo que sea. Para la comida ya me llevo bocata o lo que sea. Los eventos que no pueden porque no tienen capacidad ya hago yo todo lo posible para poner de mi parte, de mi dinero, claro, pero luego hay eventos grandes que ellos mismos nos dicen que vayamos., porque tienen capacidad".
En Videojuegos x Alimentos no se cuentan simplemente kilos, "Un litro de leche puede costar un euro y uno de aceite puede costar 4, no sería justo que valieran lo mismo. Tenemos unos baremos entre nosotros en el que un kilo equivale a un euro; por ejemplo, no es lo mismo un kilo de arroz que tres latas de atún. Un litro de aceite serían como cuatro kilos. Cuando hemos terminado de contar el alimentos le decimos a la persona: ‘pues tienes aproximadamente como si fueran 30 kilos de alimento’ y a partir de ahí puede coger los videojuegos que quiera por ese valor", explica Avilés.
Pablo Avilés en 5 preguntas
1- ¿Cuál ha sido la mayor donación que habéis tenido por un producto?
Por un producto creo que el récord está en 130 kilos, por un videojuego de Super Nintendo. Fue hace tres años en Retro Barcelona. Fue de una donación, vino un chico justo cuando yo había ido al servicio y donó la Super Nintendo y un montón de juegos, había un Zelda, un Mario. La persona que estaba allí le dijo: "Perdona, sabes que aquí hay artillería, ¿sabes lo que estás donando?" y le respondió: "Perfectamente, no te preocupes".
Había un juego, ahora no recuerdo cuál, y fui a tasarlo, porque yo soy muy malo tasando, y fui a una de las tiendas, a Luis, de 16 bits, y me decía: "este vale 120, este 130, este 80…" y yo me mareé. Lo pusimos y vino un chico y dijo: "Llevo años buscando este juego, ¿cuánto vale". Le dije "pues mira, 130 kilos". Lo quiso reservar y vino con dos carros y ayudado por un colega.
2- ¿Y en un evento?
El evento en el que más hemos recaudado fue, físicamente, 6.500 kilos en una edición de Retro Barcelona. Hubo un Retro Santo Domingo en el que ponían como una especie de entrada y ese dinero era para comprar alimentos… pero para no liarnos, 6.500 físicos, virtuales hay más.
[Ese fue el año en el que el primero de la cola para entrar llevaba alimentos para donar].
3- ¿Hacia dónde te gustaría que fuera en el futuro Videojuegos por Alimentos?
Me gustaría que no existiera porque la gente no necesitara los bancos de alimentos para comer, pero es una utopía, así que que nos conociera el mayor número de gente posible para ayudar a que el mayor número de familias no pase hambre. Vamos poco a poco.
4- ¿Alguna vez has pensado después de algún evento si te compensa todo el esfuerzo que conlleva la organización de la asociación?
No, ha habido eventos en los que ha habido gente que no se ha portado bien; por ejemplo, gente que me ha traído alimentos del Banco de Alimentos, y te quedas así… y les dices: "Perdona, ¿me estás trayendo esto que es del Banco de Alimentos, lo que quiere decir que estás pidiendo y me traes esto…?" y te dicen que si no lo van a tirar y dices: "pues antes de que lo tires, prefiero cambiarlo". En ese momento te da rabia porque seguramente esa persona no necesita de eso. Puedes acabar muy cansado, también psicológicamente, pero cuando se lo llevas al Banco de Alimentos, que te dan las gracias o te abrazan, o asociaciones que viene gente y te abraza… y te pones a llorar de la emoción, se te quita todo. No hay bajones.
5- ¿Cuáles son los alimentos que más lleva la gente para cambiar por videojuegos?
Lo que más llevan en lo típico: arroz, pasta y leche… es lo más socorrido. Y luego, dependiendo de cada banco de alimentos, pues a veces nos piden algo concreto como alimentos de niños o un producto. Siempre se piensa en comer pasta, arroz o leche, pero luego la pasta se come con algo y si le dices a la gente si puede llevar tomate o algún condimento se dan cuenta y luego vuelven con más kilos. La gente reacciona y te trae más cosas.